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Los Mossos crearon un grupo ‘secreto’ para seguir a partidos y movimientos políticos
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REUNIONES PRESIDIDAS POR UNA ‘ESTELADA’

Los Mossos crearon un grupo ‘secreto’ para seguir a partidos y movimientos políticos

El grupo nació para poder controlar a los movimientos antisistema, que durante los últimos años habían alcanzado un nivel de operatividad enorme

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A mediados del año 2012, un agente de la Policía Autonómica catalana se puso en contacto con la cúpula de un partido político de la oposición para ofrecerse a ser su “contacto” en los Mossos d’Esquadra. El agente, que responde a las siglas I.M., tenía un historial impecable y su nombre era conocido por algunos cargos de ese partido político. La cúpula del mismo no acabó de fiarse del agente y declinó cortésmente la oferta realizada.

Luego, tras una discreta indagación boca a boca, llegaron a la conclusión de que era uno de los especializados agentes de un grupo operativo de la Brigada de Información que no figuraba ni siquiera en el organigrama interno de la Consejería de Interior como tal.

El grupo en cuestión estaba formado por una decena de agentes que se reunían periódicamente en una sala que estaba presidida por una bandera estelada (independentista). Hasta que cundió el rumor de que alguien había fotografiado o filmado una de las reuniones, cuya filtración a la prensa habría supuesto un escándalo mayúsculo, por lo que se la hizo desaparecer. La tela pasó a ubicarse, entonces, en un despacho adyacente perteneciente a un jefe policial.

“Nos dijeron que no había ninguna intención política con la presencia de la bandera. Y que representaba una especie de trofeo, que había sido requisada en una manifestación y se la habían quedado como recuerdo”, explica a El Confidencial una fuente interna de los Mossos d’Esquadra. Actualmente, sigue visible en el despacho del jefe policial.

Cierto o no que fuese un trofeo, la anécdota forma parte ya del imaginario de la Policía Autonómica de Cataluña. Igual que la Ucro. Según algunas fuentes, este grupo, al mando del sargento Miquel Bertran, debería ser la Unitat Central de Recursos Operatius, que depende directamente del comisario de Información, Manel Castellví, y de su segundo, Miquel Justo, el mando policial que se interesó por las bases de datos del Estado español. Pero, según diversas fuentes consultadas, los cometidos de la Ucro son mucho más ‘delicados’ que una simple labor de intendencia y, entre otras cosas, se dedica a sondear círculos políticos diversos.

Acto de la izquierda independentista al término de la manifestación de la Diada. (EFE)
El perfil que se buscaba en los integrantes de esta unidad era el de nacionalistas puros. En cierta ocasión, cuando alguien se interesó por uno de los responsables del grupo, la contestación que obtuvo de la cúpula policial fue tajante: “Este señor es de fiar”. Ello, según la fuente contactada por El Confidencial, “significaba que eraun nacionalista y tenía toda la confianza de los jefes”.

Infiltración entre los okupas

En realidad, este grupo nació como una necesidad operativa de agentes de élite para poder controlar a los movimientos antisistema, que durante los últimos años habían alcanzado un nivel de operatividad enorme en Barcelona y que habían demostrado una gran organización interna.

“A nadie debe extrañar que en esa época, hablamos de hace dos o tres años, los Mossos intentasen infiltrarse en los movimientos okupa, habida cuenta de la fuerza que estos tenían y del potencial peligro que suponían para el orden público en Cataluña”, explica a este diario una fuente que conoce bien las interioridades del Cuerpo de la Policía Autonómica.

Bertran, además, era uno de los enlaces que los Mossos tenían con el Centro de Seguridad de la Información (Cesicat), que intentó convertirse en el núcleo duro de los servicios de inteligencia de la Generalitat, es decir, en el CNI catalán. Según algunas fuentes consultadas, su especialidad, efectivamente, habían sido los movimientos antisistema y de okupas.

Pero lo que nació para controlar de cerca a los alborotadores violentos acabó por ampliar sus fronteras. Así, uno de los hombres de confianza de Bertran, Fran Galera, se había interesado en diversas ocasiones por información que atañía a la Coordinadora d’Unitat Popular (CUP), la formación independentista que actualmente tiene tres diputados en el Parlamento autonómico y cuyos postulados coinciden en muchos casos con los de los grupos antisistema.

La portavoz de ERC, Anna Simó. (EFE)
Se da la circunstancia de que Galera fue también uno de los agentes que trabajó en coordinación con el Cesicat para realizar los informes de seguimientos a activistas relacionados con el 15-M. Ambos aparecen en la denuncia presentada por el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) ante la Fiscalía de Barcelona por la realización de estos informes y para que se investigase la intención del Gobierno catalán de repartir teléfonos móviles con un dispositivo espía entre altos cargos y funcionarios policiales.

Fuentes internas de los Mossos apuntan a este diario que dirigentes de ERC e incluso del PSC y del PP habían estado en el punto de mira de los agentes de este discreto grupo policial. En el caso de ERC, existe constancia de que su portavoz, Anna Simó, fue seguida con un cierto interés cuando los republicanos agitaban las aguas desde la oposición a Artur Mas llamando a la desobediencia civil. En el caso de socialistas y populares, las vigilancias fueron más discretas y, en todo caso, “no tenían prioridad”.

A mediados del año 2012, un agente de la Policía Autonómica catalana se puso en contacto con la cúpula de un partido político de la oposición para ofrecerse a ser su “contacto” en los Mossos d’Esquadra. El agente, que responde a las siglas I.M., tenía un historial impecable y su nombre era conocido por algunos cargos de ese partido político. La cúpula del mismo no acabó de fiarse del agente y declinó cortésmente la oferta realizada.

Mossos d'Esquadra Artur Mas Esquerra Republicana de Catalunya (ERC)
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