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'El Mundo' declara la guerra al 'ABC' por las cifras de ventas en pleno baile de fusiones
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quierE SUMAR SUS 30.000 RÉPLICAS DIGITALES

'El Mundo' declara la guerra al 'ABC' por las cifras de ventas en pleno baile de fusiones

Unidad Editorial se quejaba ayer amargamente de que la OJD no le permite sumar a sus ventas en quiosco sus 30.000 réplicas digitales certificadas.

Foto: El consejero delegado de Vocento, Luis Enríquez. (EFE)
El consejero delegado de Vocento, Luis Enríquez. (EFE)

Los datos de ventas de los diarios en el mes de enero no sólo han servido para constatar el drama que vive la prensa. También han logrado enfrentar de nuevo a Unidad Editorial y Vocento en pleno baile de fusiones. Y es que la editora de El Mundo se quejaba ayer amargamente de que la Oficina de Justificación de la Difusión (OJD) no le permita sumar a sus ventas en quiosco las 30.000 réplicas digitales certificadas que obtiene a través de Orbyt. Un agujero que, según su interpretación, permite acercarse a ABC a 7.500 ejemplares y amenazar su segundo puesto tras El País. La queja es oficial. Más explícita esla tesis que deslizan sotto voce ejecutivosde la casa cuando se les pregunta.

“Hay grupos que no tienen prácticamente suscripciones digitales. Es el caso de ABC o del Grupo Prisa. Ellos han impedido dentro de AEDE [la patronal de los editores] que esos ejemplares digitales cuenten”, explican estas fuentes. Y sugieren para buen entendedor que el presidente de la asociación, Luis Enríquez, ex de Unidad Editorial, es también consejero delegado de Vocento. La realidad, según explican a este diario fuentes internas del lobby de la prensa, es más compleja. Y en todo caso refleja muy bien el difícil equilibrio de fuerzas que se vive en la organización, al punto de paralizarla en más de una ocasión por los diferentes intereses en liza.

“Unidad Editorial propuso en la Junta de AEDE que pudieran acumularse las difusiones –explican estas fuentes–. Sin embargo, hubo grupos que se negaron en redondo, entre ellos Prisa, al no beneficiarles. Fue el propio Enríquez quien planteó la necesidad de al menos estudiarlo. A los efectos, se creó una comisión encabezada por el director general, José Gabriel González Arias, que elaboró un estudio en el que se abogaba por determinadas restricciones –entre ellas de precio– para que los ejemplares digitales pudieran contar. El proyecto se volvió a llevar a la Junta para su debate y no convenció a nadie. En el fondo, es verdad que a la mayoría no le conviene”.

Ese control del precio enlaza con las limitaciones que ya existen en papel. Esto es, un ejemplar vendido con un descuento superior al 50% no suma. El problema era determinar qué rebaja se aceptaba en el ámbito digital, donde ya de por sí el precio de venta es más barato. “También había que justificar un cierto uso para que el ejemplar contara. Esto es, no bastaría con el registro en la plataforma, sino que se bajen determinadas unidades durante un cierto tiempo”, rematan estas fuentes. Las reflexiones en el seno de la patronal no fueron precisamente amables. Prisa llegó a plantear su abandono de la asociación si la iniciativa salía adelante.

 Antonio Fernández-Galiano, presidente ejecutivo de Unidad Editorial. (Foto: E. Villarino)Para ejecutivos de Unidad Editorial, sin embargo, las cosas son más sencillas y abundan en la visión y las reglas “carpetovetónicas” de la asociación de los editores, abonada a una pereza y una parálisis que denunciaba sin ambages el ya exdirector de El Mundo, Pedro J. Ramírez, en la última asamblea anual de la patronal. La tesis que se expone ahora desde la casa no puede ser más clara: “Es incalificable que no podamos acumular esos datos. Sufrimos una pinza porque somos los únicos que vendemos el periódico digital”. E incluso se recuerda que el trasvase tecnológico de la prensa ha hecho que en países como Estados Unidos, más avanzados en ese tránsito, sí se tengan en cuenta esas réplicas, ya que no dejan de ser el mismo periódico.

El fin de las promociones

Por otra parte y al margen de esa disputa, los datos de OJD en enero –el último mes de Ramírez al frente del rotativo– requieren un análisis más pausado. Los guarismossitúan a El País como el diario más vendido, con 172.447 ejemplares; le sigue El Mundo con 111.026, y le pisa los talones ABC, con 103.632. El periódico de Vocento ha acortado notablemente la brecha con el de Unidad Editorial en el último año, después de que el rotativo que dirige Bieito Rubido cerrara el mismo mes de 2013 con 103.073 diarios vendidos y el de RCS Mediagroup superara ampliamente los 157.000. Para explicar el desplome de este último no sólo debe acudirse a la brecha digital, sino recordar los impactos extraordinarios experimentados hace un año.

“Fue cuando se pusieron en marcha promociones que tuvieron mucho éxito, como el curso de alemán y el regalo del ebook –explican fuentes internas de la casa–. Con el paso de los meses se redujo mucho la inversión en este concepto, en línea con la situación económica”. También se quejan de los ejemplares digitales generados en el marco del acuerdo con Telefónica para crear Orbyt Movistar, que tampoco se contabilizan. En medio de estas cuitas, nadie parece preocuparse demasiado por el tema de fondo. En un país de 46 millones de habitantes, el primer periódico de España vende apenas 170.000 ejemplares. El segundo y el tercero se aferran al umbral de los 100.000. Los editores, afanados en salir del primer regate, no ven que el estadio amenaza con quedarse vacío. La gente se ha pasado a lo digital y a la televisión.

Los datos de ventas de los diarios en el mes de enero no sólo han servido para constatar el drama que vive la prensa. También han logrado enfrentar de nuevo a Unidad Editorial y Vocento en pleno baile de fusiones. Y es que la editora de El Mundo se quejaba ayer amargamente de que la Oficina de Justificación de la Difusión (OJD) no le permita sumar a sus ventas en quiosco las 30.000 réplicas digitales certificadas que obtiene a través de Orbyt. Un agujero que, según su interpretación, permite acercarse a ABC a 7.500 ejemplares y amenazar su segundo puesto tras El País. La queja es oficial. Más explícita esla tesis que deslizan sotto voce ejecutivosde la casa cuando se les pregunta.

El Mundo Luis Enríquez
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